DeusExMachina

Cattán es un instigador, eso queda claro. La obra plantea la insólita situación de tres personajes obligados a permanecer en el encierro de un departamento, debido a la incesante lluvia que se ha desatado en la comarca. Un hombre maduro que reflexiona y exterioriza sus sentimientos desde la contemplación del fenómeno. Un joven, acorralado por sus sentimientos contradictorios que afloran debido a las circunstancias. Y Sol, una mujer joven que ama las tormentas invernales de manera absoluta, sin matices. 

Vallejo y su poesía para evocar la precisión de la muerte, que llegará como un deseo. La realidad se inunda de irrealidades profundas como una ineluctable pendiente que tiene que volverse dramática. Inmersos en el terreno de una prolongada reflexión, con reiteraciones absurdas, al fin son capaces de rozar descuidadamente el tema del amor. De inmediato, éste les aprisiona y empiezan a examinarlo a expensas de los hechos irrefutables. El departamento, con sus particularidades, es un océano cambiante en el que es imposible que los personajes puedan encontrar sus propios reflejos.

Los afectos son capaces de expandirse y anular el espacio del otro haciéndole inexistente porque ambos jóvenes se enamoran a contrapelo de las insidiosas acusaciones del hombre del tiempo, que solo atina a mirar a través de la ventana y asegurar como un maniático que jamás dejará de llover.¿Cuál es la verdadera dimensión de la realidad –se pregunta el muchacho– en que existe mi amada y por tanto mi amor por ella y también el amor? Solo hay una manera de validar la pregunta: saliendo de la casa y afrontando la lluvia para cumplir la última cita al pie de un viejo reloj construido a la entrada del parque. Es un acto que cierra la posibilidad de lo inesperado con la muerte. Y el Deus ex machina, viejo y gastado recurso inventado por los griegos, que se representa con una máquina suspendida por una grúa para resolver el conflicto dramático, también sirvió en esta ocasión para orillar la historia de Que no escampe.